lunes, 3 de septiembre de 2007

Gato gato

Los gatos hacen cualquier cosa por rasguñar unos almohadones. Esto me recuerda a la historia de Bigot, el gato de la amiga de la mamá de Florencia.
Ella el dijo a su gato que si se portaba bien lo iba a dejar rasguñar dos almohadones rojos con lugares blancos. El pensó que la mejor manera de portarse bien, era hacer de cuenta que era un perro.
Cada mañana salía a la calle y agarraba el diario, aunque sus amigos lo estuviesen mirando, o corría al cartero, del cual se había hecho amigo. O a veces renunciaba a su camita al lado del fueguito y se iba a dormir afuera. Su dueña, una noche lo entró, y cuando se levantó le dio una charla sobre los gatos, y le dijo que “portarse bien” no era hacerse pasar por otro animal, sino no hacer lío. Él se quedó tranquilo es su casa y contento de lo que es un “gato”

Nombre del gato: "Bigot" (nombre francés)

Un sábado de invierno, un gato subió a un árbol y no podía bajar. Unos gatos callejeros escucharon su pedido de ayuda y fueron a ver que pasaba, llegaron y vieron al gato en el árbol sin poder bajar y le dijeron:-te ayudamos a bajar pero tenés que hacer una cosita.
- ¿Cuál?, preguntó el gato.
- Cuando bajes te decimos.
Bajó y casi se espanta con lo que tenia que hacer. Iba a decir una palabrita y los demás gatos dijeron que lo tenia que hacer la noche siguiente de luna llena.
Un martes 13 a la noche él partió a ese lugar tenebroso )en el cual, los animales nocturnos se levantan) y hay una leyenda sobre ese lugar que dice que los muertos se despiertan. El gato fue a la lápida del señor de la esquina,. Que era malvado, se preparó y…cavó, cerró los ojos y cavó. “Por fin lo hice”, se dice a sí mismo en plena oscuridad. Al llegar al callejón, en el cual estaban los gatos, ellos salieron corriendo con cara de espantados. El no entendía porqué.
A la mañana siguiente se vé en un charco de agua y vé el rostro del viejo en vez del suyo. Desde ese día nuestro amigo Bigot aprendió al lección: no confíes en gatos callejeros.

lunes, 27 de agosto de 2007

Hola!!!

Nunca me subiría a una montaña
rusa porque va muy rápido y es muy alta
Amo a los animales, pero el que más me gusta es el delfín
Todos los días juego, aunque sea un poco, a la compu
Asco me da cuando tomo remedio
Los días que más me gustan son los martes y los sábados
Insisto cuando quiero algo
Adoro las películas de misterio y aventura

Mío y Tuyo

El mió juega en la playa
El tuyo se queda en casa

El mió duerme solo
El tuyo te acompaña cada noche

El mió me extraña cuando me voy
El tuyo te extraña un poco más

El mió me quiere
Y el tuyo también

jueves, 9 de agosto de 2007

HOLA; SOY NATI


GATOS



Aqui vemos a NATI con el secador para secar la pintura
del fondo en donde luego pefará las chatarras para
inventar el FAMOSO " gato chatarra"

lunes, 6 de agosto de 2007

chatarra pajaros

Había un grupo de pájaros comiendo migas de pan en la plaza: en ese grupo había un pájaro en particular que no sabía cantar. Todos los demás pajaritos y pajaritas sabían cantar muy bien, lo cargaban y lo dejaban de lado. El pájaro, llamado Pablo, tenia otras particularidades. Por ejemplo construía muy bien nidos, sabia cocinar. Como el sabia que no lo querían se separó del grupo. Voló kilómetros y kilómetros. Hasta que llegó a un pueblo que adoraba a las aves, las cuidaban y las querían. Como a Pablo le gustó mucho ese lugar se quedó por unos días. En su antiguo lugar, una pajarita, muy bonita, le gustaba que esté Pablo a su lado. Se dio cuenta, al segundo, que se había ido y decidió ir a buscarlo. A la pajarita la querían todos los pájaros hombres, entonces la siguieron. Volaron 10, 15 minutos y los hombres empezaron a cansarse. Se fueron yendo y cuando estaban a mitad de camino hacia la plaza la pajarita se dio vuelta y ya no había nadie, siguió como si nada. Mientras tanto Pablo se hizo un nido grande y con una cocina, se cocinó unos gusanos y se fue a dormir. A la mañana siguiente se levanto y fue a aprender a cantar. Ya saben, como en el pueblo querían tanto a los pájaros también debían enseñar a cantar. ¿Por qué no?.
Fue, y mas o menos, aprendio a cantar. Cuando estaba en medio de una frase ella entró. Todos se callaron. Pablo se escondía mas y mas. Claro, a el también le gustaba ella. Paulina, la pajarita, pregunto, “¿Pablo, estas aquí?, y una voz se escuchó. “Aquí estoy”. Salieron afuera, y mientras caminaban hablaron. Pablo le contó porque se fue y decidieron que se iban a quedar ahí. Estuvieron cuatro días por ahí y se casaron al quinto día. No fue nadie que conocían porque todos estaban en la plaza, y ni idea del casamiento de ellos dos.
Se casaron y vivieron muy felices.